Cuándo cambiar al bebé del capazo a la silla

El cambio del bebé del capazo a la silla de paseo es una decisión importante que debe ser discutida con profesionales como fisioterapeutas o pediatras, quienes están familiarizados con el desarrollo y las necesidades individuales del niño. 

¿Qué dicen las marcas?

En general, la edad aproximada para realizar el cambio es entre los 5 y 8 meses. Sin embargo, las marcas suelen tener en cuenta otros factores como el peso, la altura y la irritabilidad del niño. No existe una regla estricta basada únicamente en la edad, ya que cada niño se desarrolla de manera diferente.

Algunos ejemplos de las marcas más utilizadas son: 

  • Chicco (London): Peso: 7,2 Kg | Edad: de 0 a 36 meses | Tipo de plegado: paraguas
  • Chicco (LitteWay 3): Peso: 7,5 Kg | Edad: de 0 a 48 meses | Tipo de plegado: paraguas
  • Kindercraft: Peso: 10 Kg | Edad: de 0 a 36 meses | Tipo de plegado: compacto

Por ejemplo, algunos niños con hipotonía (tono muscular bajo) pueden necesitar hacer la transición antes y pueden requerir asientos especiales, como los asientos pélvicos de escayola. En estos casos, se debe seguir la orientación de especialistas en desarrollo.

¿Qué diría un profesional sanitario especialista en niños?

En general, los profesionales sanitarios solemos tener en cuenta dos aspectos principales: el control de espalda y el desarrollo psicomotor. 

  1. Control de espalda. Uno de los aspectos clave a considerar es el control de la espalda del niño. Esto implica evaluar las tres zonas: cervical, dorsal y lumbar.Por ejemplo, una buena forma de comprobar esto es sentar al niño y ver si puede mantenerse sin redondearse ni caerse durante 10-15 segundos. Si el niño demuestra este nivel de control, es una buena señal de que está listo para la silla de paseo. Es importante tener en cuenta que en algunos casos tienen control de espalda antes de haber aprendido a sentarse (esto suele ocurrir a los 7-8 meses).
  2. Desarrollo psicomotor adecuado. El niño debe mostrar interés por moverse, conocer sus manos, ser capaz de jugar boca abajo, apoyarse en los codos y voltearse. Si el niño aún no ha alcanzado estos hitos, puede ser preferible esperar antes de introducir la silla de paseo, ya que las posiciones requeridas pueden resultar difíciles para ellos.

Cambio progresivo

El cambio de capazo a silla de paseo debe realizarse de forma progresiva. Se puede comenzar con una posición más tumbada de la silla, alrededor de 15-20 grados de inclinación. A medida que el niño adquiera más habilidades y sea capaz de sentarse por sí mismo, se puede ir ajustando la posición de la silla hacia una posición más vertical.

Es recomendable elegir sillas de paseo que permitan que el niño mire hacia fuera, lo que le permitirá explorar su entorno y estimular su curiosidad.

Además, es importante recordar que el porteo y el movimiento libre siguen siendo importantes incluso cuando el niño utiliza la silla de paseo. Estas prácticas promueven un desarrollo saludable y estimulan el vínculo emocional con los cuidadores.

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